La Comisión Europea ha anunciado hoy un paquete global de medidas para ayudar a aumentar la capacidad de los aeropuertos europeos, reducir los retrasos y mejorar la calidad de los servicios prestados a los pasajeros. Las medidas se refieren a la calidad de los servicios prestados en tierra a los pasajeros y a las compañías aéreas antes del despegue y después del aterrizaje (por ejemplo, gestión de equipajes, facturación, aprovisionamiento de combustible), a la transparencia de las decisiones sobre el ruido aeroportuario y a la eficiencia de la compleja red de franjas horarias de despegue y aterrizaje que componen cada trayecto.
Siim Kallas, Vicepresidente de la Comisión responsable de Transportes, ha declarado lo siguiente: «Los aeropuertos europeos se enfrentan a la saturación de su capacidad. Si queremos que las empresas y los viajeros puedan aprovechar al máximo la red aérea, tenemos que actuar ahora. El 70 % de todos los retrasos de los vuelos se deben ya a problemas en tierra y no en el aire. De seguir la evolución actual, diecinueve aeropuertos europeos cruciales estarán abarrotados de aquí a 2030. La congestión consiguiente podría provocar retrasos en la mitad de los vuelos de toda la red. Dejar las cosas como están no es una opción válida para los aeropuertos europeos. Frente a una competencia mundial intensa, podríamos dejar de hacer negocios en absoluto si no cambiamos la manera de hacerlos».
El paquete consta de un documento recapitulativo estratégico y de tres disposiciones legislativas, sobre las franjas horarias, la asistencia en tierra y el ruido.
Franjas horarias
La Comisión propone introducir mecanismos de mercado para que los intercambios comerciales de franjas horarias entre compañías aéreas se realicen de forma transparente, así como medidas para cerciorarse de que las compañías aéreas aprovechan la capacidad existente mediante la elevación del umbral, del 80 % al 85 %, en relación con la regla de «usar o perder».
Las medidas propuestas sobre las franjas horarias permitirán al sistema dar servicio a 24 millones de pasajeros más al año de aquí a 2025. Supondrán una ganancia de 5 000 millones de euros para la economía europea y crearán hasta 62 000 puestos de trabajo en el período comprendido entre 2012 y 2025.
Cinco aeropuertos europeos funcionan actualmente al límite de su capacidad:
Düsseldorf, Francfort, Londres Gatwick, Londres Heathrow y Milán Linate. De seguir la evolución actual, su número podría aumentar a diecinueve aeropuertos fundamentales en 2030, incluido París CDG, lo que tendría consecuencias muy graves en términos de retrasos y congestión.
Asistencia en tierra
La Comisión presenta propuestas para mejorar la calidad y la eficacia de los servicios de asistencia en tierra de los aeropuertos. Entre las medidas se cuenta el aumento de dos a tres -en el caso de los servicios esenciales de asistencia en tierra todavía restringidos actualmente (asistencia de equipajes, operaciones en pista, combustible y lubricante y carga y correo)- de la
capacidad mínima de elección de los agentes de asistencia en tierra al servicio de las compañías aéreas en los grandes aeropuertos. Al mismo tiempo, se han formulado nuevas propuestas que permitirán a los Estados miembros ir más allá en materia de protección de los derechos de los trabajadores, de modo que el personal pueda traspasarse con arreglo a las condiciones vigentes cuando se celebre un contrato con un nuevo proveedor. Esto es esencial para facilitar las condiciones laborales estables necesarias para mantener un alto nivel de calidad en un sector con mucha mano de obra.
Las propuestas consolidan el papel de los aeropuertos como coordinadores en tierra al atribuirles la responsabilidad global de coordinar los servicios de asistencia en tierra en los aeropuertos. Proporcionan a estos una serie de nuevos instrumentos con ese fin, por ejemplo, la posibilidad de imponer unas normas de calidad mínimas que deberán cumplir todos los agentes de asistencia en tierra del aeropuerto de que se trate. Estas medidas también reforzarán la capacidad de resistencia de los aeropuertos enfrentados a graves perturbaciones.
Ruido
Las propuestas de la Comisión hacen más transparente el proceso de establecimiento de restricciones relacionadas con el ruido de los aeropuertos, incluida una función de supervisión de la Comisión. No se trata de objetivos, sino del proceso de toma de decisiones. Confían a la Comisión una función de control, sin menoscabo de las decisiones finales de los Estados miembros. Las propuestas también actualizan la legislación vigente de acuerdo con los avances tecnológicos a fin de facilitar a las autoridades la eliminación progresiva de los aviones más ruidosos.
Las decisiones sobre la rebaja de los niveles de ruido han de sopesar la protección de los ciudadanos que viven cerca de los aeropuertos con las necesidades de las personas que desean viajar. Las decisiones deben adoptarse con arreglo a las directrices internacionales formuladas por la Organización Internacional de Aviación Civil, organismo de las Naciones Unidas. Los residentes tienen derecho a ser protegidos contra el ruido excesivo de los aeropuertos, pero hay que tener en cuenta los costes que entrañan la pérdida de capacidad y la incidencia en el crecimiento económico de la región.
Las propuestas de la Comisión deberán ser aprobadas por el Parlamento Europeo y los Gobiernos de los Estados miembros mediante el proceso de «codecisión», antes de su adopción.
Siim Kallas, Vicepresidente de la Comisión responsable de Transportes, ha declarado lo siguiente: «Los aeropuertos europeos se enfrentan a la saturación de su capacidad. Si queremos que las empresas y los viajeros puedan aprovechar al máximo la red aérea, tenemos que actuar ahora. El 70 % de todos los retrasos de los vuelos se deben ya a problemas en tierra y no en el aire. De seguir la evolución actual, diecinueve aeropuertos europeos cruciales estarán abarrotados de aquí a 2030. La congestión consiguiente podría provocar retrasos en la mitad de los vuelos de toda la red. Dejar las cosas como están no es una opción válida para los aeropuertos europeos. Frente a una competencia mundial intensa, podríamos dejar de hacer negocios en absoluto si no cambiamos la manera de hacerlos».
El paquete consta de un documento recapitulativo estratégico y de tres disposiciones legislativas, sobre las franjas horarias, la asistencia en tierra y el ruido.
Franjas horarias
La Comisión propone introducir mecanismos de mercado para que los intercambios comerciales de franjas horarias entre compañías aéreas se realicen de forma transparente, así como medidas para cerciorarse de que las compañías aéreas aprovechan la capacidad existente mediante la elevación del umbral, del 80 % al 85 %, en relación con la regla de «usar o perder».
Las medidas propuestas sobre las franjas horarias permitirán al sistema dar servicio a 24 millones de pasajeros más al año de aquí a 2025. Supondrán una ganancia de 5 000 millones de euros para la economía europea y crearán hasta 62 000 puestos de trabajo en el período comprendido entre 2012 y 2025.
Cinco aeropuertos europeos funcionan actualmente al límite de su capacidad:
Düsseldorf, Francfort, Londres Gatwick, Londres Heathrow y Milán Linate. De seguir la evolución actual, su número podría aumentar a diecinueve aeropuertos fundamentales en 2030, incluido París CDG, lo que tendría consecuencias muy graves en términos de retrasos y congestión.
Asistencia en tierra
La Comisión presenta propuestas para mejorar la calidad y la eficacia de los servicios de asistencia en tierra de los aeropuertos. Entre las medidas se cuenta el aumento de dos a tres -en el caso de los servicios esenciales de asistencia en tierra todavía restringidos actualmente (asistencia de equipajes, operaciones en pista, combustible y lubricante y carga y correo)- de la
capacidad mínima de elección de los agentes de asistencia en tierra al servicio de las compañías aéreas en los grandes aeropuertos. Al mismo tiempo, se han formulado nuevas propuestas que permitirán a los Estados miembros ir más allá en materia de protección de los derechos de los trabajadores, de modo que el personal pueda traspasarse con arreglo a las condiciones vigentes cuando se celebre un contrato con un nuevo proveedor. Esto es esencial para facilitar las condiciones laborales estables necesarias para mantener un alto nivel de calidad en un sector con mucha mano de obra.
Las propuestas consolidan el papel de los aeropuertos como coordinadores en tierra al atribuirles la responsabilidad global de coordinar los servicios de asistencia en tierra en los aeropuertos. Proporcionan a estos una serie de nuevos instrumentos con ese fin, por ejemplo, la posibilidad de imponer unas normas de calidad mínimas que deberán cumplir todos los agentes de asistencia en tierra del aeropuerto de que se trate. Estas medidas también reforzarán la capacidad de resistencia de los aeropuertos enfrentados a graves perturbaciones.
Ruido
Las propuestas de la Comisión hacen más transparente el proceso de establecimiento de restricciones relacionadas con el ruido de los aeropuertos, incluida una función de supervisión de la Comisión. No se trata de objetivos, sino del proceso de toma de decisiones. Confían a la Comisión una función de control, sin menoscabo de las decisiones finales de los Estados miembros. Las propuestas también actualizan la legislación vigente de acuerdo con los avances tecnológicos a fin de facilitar a las autoridades la eliminación progresiva de los aviones más ruidosos.
Las decisiones sobre la rebaja de los niveles de ruido han de sopesar la protección de los ciudadanos que viven cerca de los aeropuertos con las necesidades de las personas que desean viajar. Las decisiones deben adoptarse con arreglo a las directrices internacionales formuladas por la Organización Internacional de Aviación Civil, organismo de las Naciones Unidas. Los residentes tienen derecho a ser protegidos contra el ruido excesivo de los aeropuertos, pero hay que tener en cuenta los costes que entrañan la pérdida de capacidad y la incidencia en el crecimiento económico de la región.
Las propuestas de la Comisión deberán ser aprobadas por el Parlamento Europeo y los Gobiernos de los Estados miembros mediante el proceso de «codecisión», antes de su adopción.
Fuente: Rapid
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