viernes, 17 de enero de 2014

PREMIO EUROPEO CARLOS V: JOSÉ MANUEL DURAO BARROSO

José Manuel Barroso recibe el Premio Europeo Carlos VEl jurado ha destacado así mismo el compromiso de Barroso en representar el interés general en un periodo convulso de crisis económica, política y social,  apostando aún más por la Unión Europea como solución real, única, y común a todos, para resolver los grandes desafíos a los que se enfrenta la UE, con un modelo fortalecido de integración ciudadana para que Europa  siga siendo un modelo de paz, democracia y prosperidad para el resto del mundo.
El Príncipe de Asturias ha destacado en la entrega del premio que para los españoles Europa es hoy “fuente de esperanza para el futuro”, y ha señalado que tiene lugar en un momento en el que “los países europeos están comenzando a superar la crisis económica y financiera” aunque, ha añadido, persisten tasas de desempleo “absolutamente inaceptables”. Al acto de entrega han asistido, entre otros, el presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy y el primer ministro de Portugal, Pedro Passos Coelho.
Barroso ha citado esa frase de Cervantes para terminar diciendo “Europa ha tropezado, pero no ha caído. Europa ha dado grandes pasos adelante.” Y ha hecho una referencia directa a los ciudadanos europeos, incluidos los españoles y los portugueses, “que no son responsables de la crisis y que no obstante son, con demasiada frecuencia, sus primeras víctimas.”
Se ha referido a la respuesta europea solidaria y responsable sin precedentes, que ha tenido lugar en los últimos cinco años bajo el impulso de la Comisión Europea, que ha movilizado unos 700.000 millones de euros para impedir “la caída de los países más afectados por la crisis, incluyendo una ayuda específica para reforzar  el sector financiero español”. Y también a los considerables esfuerzos realizados por algunos Estados miembros, entre ellos España y Portugal, para reformar su economía. Y, a la movilización de recursos adicionales para luchar contra la grave situación de desempleo juvenil en los Estados miembros más afectados.
Los mercados se han calmado -ha dicho Barroso- y han aparecido los primeros signos de recuperación. Los países más vulnerables pagan menos por sus créditos y las perspectivas económicas mejoran paulatinamente. En el caso de España, la prima de riesgo estaba la semana pasada en el 3,91 %, su nivel más bajo desde mayo de 2010. Las exportaciones españolas progresan y las de bienes y servicios aportan ya el 33% del PIB, lo que supone un máximo desde la introducción del euro". Aunque “el paro constituye hoy el mayor drama al cual se enfrenta Europa”.
Para el presidente de la Comisión las elecciones europeas de mayo próximo deben ser la ocasión “no solo de confrontar lo que de verdad aporta la Unión Europea a sus ciudadanos con los populismos y estereotipos sobre la Unión Europea, sino también de debatir el futuro que queremos construir en común ya que europeísmo y patriotismo no son contradictorios, son complementarios.” Ha recordado las numerosas razones para mantenerse unidos “y no solo pienso en el mercado único o en la Unión económica y monetaria, sino también en la riqueza de nuestra historia, la diversidad de nuestras culturas, nuestra capacidad creativa e innovadora, nuestra ciencia, nuestra tecnología y capacidad de investigación, nuestra maravillosa reserva de talento humano, nuestro compromiso para la protección del medio ambiente y nuestra visión de un mundo en el que siempre estaremos al lado de los que luchan por estos valores universales que tanto nos importan y sobre los que hemos basado nuestra Unión.”
Instituido por la Fundación Academia Europea de Yuste premia la labor de aquellas personas que con su esfuerzo y dedicación han contribuido al conocimiento general y engrandecimiento de los valores culturales, científicos, históricos de Europa, así como al proceso de unificación de la Comunidad Europea. Se denomina así por los lazos europeos de ese gran personaje de la historia, que nació en Gante (Bélgica), tuvo abuelos y padres alemanes y españoles, fue coronado emperador en Aquisgrán, abdicó en Bruselas a favor de su hijo Felipe II y se retiró al Monasterio de Yuste, donde se entrega el premio que lleva su nombre, a hacer vida monacal hasta su muerte.
Fuente: ec.europa.eu

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