Los consumidores europeos se preocupan cada vez más por su alimentación.
La demanda de productos ecológicos se ha cuadruplicado en los últimos
diez años y eso ha hecho reflexionar a la Comisión sobre la necesidad de
actualizar y adaptar las normas para que el sector se pueda seguir
desarrollando y responder a los desafíos futuros.
En palabras del comisario de Agricultura y Desarrollo Rural, Dacian Ciolos: “El
futuro del sector ecológico de la UE depende de la calidad y la
integridad de los productos vendidos con el logotipo europeo de
producción ecológica”. Las nuevas medidas darán a los consumidores
mayores garantías sobre los alimentos que se producen y se venden en la
Unión, y los agricultores, productores y minoristas tendrán a su alcance
un mercado más amplio dentro y fuera de la UE.
España es
el país de la Unión con mayor área dedicada a la agricultura ecológica y
una de las mayores del mundo (1,8 millones de hectáreas), le siguen
Italia (1,1 millones has.), Alemania (1 millón has.).
Según el
ministerio de Agricultura, en un periodo de doce años (2000 a 2012) el
mercado interior español de productos ecológicos se ha multiplicado por
6; pero no ha alcanzado todavía un grado óptimo. El gasto en productos
ecológicos está en torno a los 20 o 21 euros por persona, que equivale
al 1 % de todo el gasto que los españoles hacen en alimentación y
bebidas. A pesar de la crisis en 2012 el crecimiento del mercado español
de productos ecológicos, ha seguido siendo positivo, lo que demuestra
su fuerte potencial de crecimiento.
La
agricultura ecológica combina las mejores prácticas ambientales, un alto
nivel de biodiversidad, protección de los recursos naturales y altos
niveles de producción a partir de sustancias y procesos naturales. Está
orientada hacia un mercado específico que responde a una demanda muy
concreta de los consumidores que junto a los productos quiere estar
seguro de que se respetan bienes públicos como la protección del medio
ambiente, el bienestar animal y desarrollo rural.
La
demanda de productos ecológicos es cada vez mayor, y se añaden más
productos, a esto hay que sumarle los transformados y las importaciones
de otros países. La política de la UE tiene que adaptarse a todos esos
cambios con:
Normas más estrictas y más claras sobre producción:
- se eliminan varias exenciones y excepciones;
- las explotaciones no podrán dedicarse a la vez a la agricultura ecológica y a la tradicional.
La mayor parte de la materia prima que se utilice en la producción y transformación será también ecológica:
- tanto los agricultores, distribuidores y minoristas, como los productores ecológicos, deben aplicar las mejores prácticas medioambientales;
- refuerzo y mejora en el sistema de control;
- utilización más eficaz de los recursos dirigidos a las actividades con más riesgo;
- controles a los minoristas;
- adopción de medidas cuando se encuentren sustancias no autorizadas en los productos ecológicos;
- se crea un sistema de certificación de grupo para ayudar a los pequeños agricultores a integrarse en el régimen ecológico;
- aumentarán las exportaciones de productos ecológicos de la UE y se estrecharán relaciones con países que no pertenecen a la Unión;
- se divulgará más información sobre iniciativas de desarrol lo rural y agrícola;
- se reforzarán los vínculos entre los proyectos de investigación e innovación y la producción ecológica;
- se fomentará el consumo de alimentos ecológicos, sobre todo en centros escolares o cuando intervengan contratos públicos.
En la UE
hay más de 186.000 granjas orgánicas que cultivan una superficie total
de 9,6 millones de hectáreas, el 5,4% de la superficie agrícola total.
En general las explotaciones ecológicas son más grandes que las
convencionales y sus directivos son más jóvenes. En España los consumidores de productos ecológicos son jóvenes y más mujeres que hombres
Fuente: ec.europa.eu
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