
La UE lidera los esfuerzos desplegados por las organizaciones de la sociedad civil de todo el mundo en sus campañas por la abolición de la pena de muerte, de las que es además la principal donante. La UE mueve todos los resortes de la diplomacia y la ayuda a la cooperación para avanzar hacia la abolición de la pena capital. En los lugares donde sigue existiendo esa pena, la UE aboga por su progresiva restricción e insiste en que se lleve a cabo en cumplimiento de unas normas mínimas internacionalmente acordadas.
La UE propicia la celebración de un debate público sobre esta cuestión que refuerce la oposición de los ciudadanos a la pena de muerte y ejerza presión sobre los países contumaces para que se decidan a abolir la pena de muerte o, al menos y como primer paso, para que introduzcan una moratoria. La UE también interviene contra la pena de muerte en foros internacionales como las Naciones Unidas; culminación de ese esfuerzo ha sido la serie de resoluciones sobre la moratoria de la aplicación de la pena de muerte adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas.
En julio de 2011 se cumplió el vigésimo aniversario de la entrada en vigor del Segundo Protocolo Facultativo del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, principal instrumento internacional en pro de la abolición de la pena de muerte. La UE anima a todos los Estados a que ratifiquen ese Protocolo o se adhieran a él.
La UE es además la primera organización regional en haber adoptado normas que prohíben el comercio de mercancías utilizadas para la pena capital (y para la tortura y el trato degradante), así como la prestación de la asistencia técnica relacionada con esos productos. El compromiso político de la UE va acompañado de una cuantiosa ayuda financiera para los proyectos concretos
Fuente: Rapid
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