Dicha Comunicación pone de relieve la gran diversidad de los nanomateriales existentes, que van de los de uso cotidiano que llevan décadas siendo utilizados sin problemas (por ejemplo, en los neumáticos o como anticoagulantes en la alimentación) a materiales industriales extremadamente sofisticados o a las terapias oncológicas. Cada vez hay más información sobre la peligrosidad de los nanomateriales si bien es difícil hacer generalizaciones y habría que evaluar el riesgo en cada caso.
Por lo tanto, antes que meter todos los nanomateriales en un mismo saco, procedería evaluar el riesgo que presenta cada uno de ellos recurriendo a indicadores del riesgo potencial tanto en términos de exposición a los mismos, como de peligrosidad. Presentan conjuntamente la Comunicación de hoy los Comisarios europeos Antonio Tajani, Janez Potočnik, John Dalli y Máire Geoghegan-Quinn.
A la luz de los conocimientos actuales y de los dictámenes de los comités consultivos y científicos de la UE y de los evaluadores independientes de riesgos, los nanomateriales se asemejan a las sustancias y a los productos químicos más normales en el sentido de que algunos pueden ser tóxicos y otros no. Los eventuales riesgos no tienen que ver sino con nanomateriales y usos muy concretos. Por lo tanto, es necesario determinar caso por caso y recabando toda la información necesaria qué riesgo presentan. Para ello hay que hacer uso de los métodos actualmente disponibles en materia de determinación del riesgo
aunque queden todavía por pulir algunos aspectos de dichos métodos.
Actualmente el reto que tenemos planteado es conseguir validar adecuados métodos e instrumentos de detección, caracterización y análisis, reunir toda la información necesaria sobre los riesgos que entrañan los nanomateriales y evaluar la exposición a dichos riesgos.
Cuando proceda, se incorporará a la legislación de la UE la reciente definición de nanomaterial. Actualmente, la Comisión está elaborando y validando métodos de detección, medición y seguimiento de los nanomateriales que se atengan estrictamente a tal definición.
En general, la Comisión sigue estando convencida de que REACH es el mejor marco de gestión del riesgo de los nanomateriales cuando estos se den como sustancias o mezclas, pero parece demostrada la necesidad de establecer en dicho marco más requisitos específicos. La Comisión tiene previsto introducir modificaciones en algunos de los anexos de REACH e insta a la ECHA a elaborar directrices para el registro con posterioridad a 2013.
Con el fin de optimizar la información disponible sobre los nanomateriales, la Comisión tiene previsto crear una plataforma web en la que se referenciarán todas las fuentes de información pertinentes, incluidos, si existen, los registros nacionales o sectoriales. Al mismo tiempo, llevará a cabo una evaluación de impacto con el fin de establecer el modo más adecuado de mejorar la transparencia y de supervisar el cumplimiento de la normativa y, para ello, realizará también un análisis en profundidad de las necesidades en materia de recogida de datos. Dicho análisis incluirá también los nanomateriales que actualmente no están incluidos en los sistemas vigentes de notificación, registro o autorización.
Los nanomateriales son materiales que por el pequeño tamaño de sus partículas presentan a menudo propiedades específicas. El mercado mundial de los nanomateriales se estima en 11 millones de toneladas con un valor de mercado de 20 000 millones de euros. En la actualidad, el empleo relacionado directamente con el sector de los nanomateriales en Europa genera, según las estimaciones, entre 300 000 y 400 000 euros. En el sector siguen predominando materiales que se vienen utilizando desde hace décadas tales como
el negro de carbón, utilizado principalmente en los neumáticos, o la sílice sintética amorfa, que tiene una amplia variedad de usos como, por ejemplo, en los neumáticos o como relleno de polímeros o incluso también en la pasta de dientes o como anticoagulante en los alimentos en polvo).
En los últimos años han visto la luz numerosos usos nuevos relacionados con los nanomateriales. Entre ellos figuran productos de consumo tales como los filtros ultravioletas de las cremas solares o los tejidos antiolor. Sin embargo, los nanomateriales pueden tener muchos otros usos técnicos o sanitarios tales como las terapias oncológicas, las baterías de iones de litio de los vehículos eléctricos o los paneles solares.
Potencialmente dichos usos pueden suponer un gran avance tecnológico y, por lo tanto, se califica a los nanomateriales de «tecnología facilitadora esencial». Según las previsiones, el volumen global de negocios de los productos basados en la nanotecnología pasará de los 200 000 millones de euros de 2009 a 2 billones en 2015.
Los nanomateriales presentan ventajas y usos tan variados como aplicaciones médicas que pueden salvar vidas o simples mejoras en los productos de consumo. Al mismo tiempo, la peligrosidad de los nanomateriales y la exposición a estos de los trabajadores, de los consumidores y del medio ambiente varían considerablemente de lo más inocuo a potenciales riesgos a los que hay que hacer frente. La Unión Europea dispone de los instrumentos adecuados para regular dicha peligrosidad de modo específico.
Fuente: Servicio de prensa de la Comisión Europea (RAPID)
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