En casi uno de cada ocho hogares europeos, vive un niño menor de seis años. Diecinueve millones de estos niños —uno de cada cinco— están en riesgo de pobreza. Hoy, por primera vez, la Comisión ha puesto en marcha un Plan de acción que pretende ofrecer a todos los niños un mejor comienzo en la vida y colocar los cimientos de un aprendizaje permanente logrado, de su integración social, su desarrollo personal y su empleabilidad en el futuro.
Las propuestas de la Comisión, que incluyen un llamamiento al acceso universal a una educación preescolar de calidad, contribuirá también a dos de los objetivos fundamentales de su Estrategia «Europa 2020»: situar el porcentaje de abandono escolar prematuro por debajo del 10 % y sacar a un mínimo de veinte millones de personas del riesgo de pobreza y exclusión social.
En palabras de la Comisaria Europea de Educación, Cultura, Multilingüismo y Juventud, Androulla Vassiliou: «Destinar dinero a la educación y los cuidados de la primera infancia es una de las mejores inversiones que podemos hacer para nuestros hijos y para el futuro de Europa. Resulta mucha más efectivo invertir en una educación preescolar de calidad que cualquier intervención más adelante, ya que se ofrecen a nuestros jóvenes más oportunidades en la vida y, de hecho, sirve para ahorrar dinero a largo plazo. Romper el círculo vicioso de pobreza y carencias implica reducir los pagos del contribuyente para servicios sanitarios y hospitalarios, educación especial, asistencia social y seguridad».
La educación obligatoria comienza a la edad de cinco o seis años en la mayor parte de los Estados miembros, si bien se inicia antes en Chipre, Luxemburgo e Irlanda del Norte (Reino Unido). Hay grandes diferencias en el nivel de servicios que se prestan a la infancia en toda Europa hasta el comienzo de la educación obligatoria por lo que se refiere a la financiación, la gobernanza y los medios de personal.
En 2009, los Ministros de Educación fijaron la meta de que el 95 % de los niños reciba educación y cuidados en la primera infancia a partir de la edad de cuatro años. La media actual de la UE es del 92,3 %, pero también en este punto las cifras difieren de forma considerable y no reflejan necesariamente la calidad de los servicios ofrecidos.
Las propuestas de la Comisión Europea son la respuesta a una petición de los Estados miembros de mayo de 2009, a raíz de que se adoptara el Marco estratégico para la cooperación en materia de educación y formación, de que se midan y analicen los avances en la UE por lo que se refiere a mejorar el acceso a la educación y los cuidados en la primera infancia y a determinar las mejores
prácticas.
Las propuestas de la Comisión hacen un llamamiento a favor de:
- el acceso universal a una educación preescolar de calidad, basada en una financiación estable y en una buena gobernanza;
- un enfoque integrado a la educación y los cuidados, teniendo en cuenta las necesidades de los niños de manera global;
- unos planes de estudios adecuados a la edad, con un equilibrio entre el aprendizaje de competencias técnicas e interpersonales;
- una mayor incidencia en la profesionalización del personal, que deberá disponer de las cualificaciones y las condiciones salariales y laborales adecuadas;
- unos sistemas y unas normas de garantía de calidad para hacer un seguimiento de los progresos.
Los planes de la Comisión contribuirán a los objetivos de las tres iniciativas emblemáticas de Europa 2020 «Juventud en movimiento», «Agenda de nuevas cualificaciones y empleos» y «Plataforma europea contra la pobreza»
Las propuestas de la Comisión, que incluyen un llamamiento al acceso universal a una educación preescolar de calidad, contribuirá también a dos de los objetivos fundamentales de su Estrategia «Europa 2020»: situar el porcentaje de abandono escolar prematuro por debajo del 10 % y sacar a un mínimo de veinte millones de personas del riesgo de pobreza y exclusión social.
En palabras de la Comisaria Europea de Educación, Cultura, Multilingüismo y Juventud, Androulla Vassiliou: «Destinar dinero a la educación y los cuidados de la primera infancia es una de las mejores inversiones que podemos hacer para nuestros hijos y para el futuro de Europa. Resulta mucha más efectivo invertir en una educación preescolar de calidad que cualquier intervención más adelante, ya que se ofrecen a nuestros jóvenes más oportunidades en la vida y, de hecho, sirve para ahorrar dinero a largo plazo. Romper el círculo vicioso de pobreza y carencias implica reducir los pagos del contribuyente para servicios sanitarios y hospitalarios, educación especial, asistencia social y seguridad».
La educación obligatoria comienza a la edad de cinco o seis años en la mayor parte de los Estados miembros, si bien se inicia antes en Chipre, Luxemburgo e Irlanda del Norte (Reino Unido). Hay grandes diferencias en el nivel de servicios que se prestan a la infancia en toda Europa hasta el comienzo de la educación obligatoria por lo que se refiere a la financiación, la gobernanza y los medios de personal.
En 2009, los Ministros de Educación fijaron la meta de que el 95 % de los niños reciba educación y cuidados en la primera infancia a partir de la edad de cuatro años. La media actual de la UE es del 92,3 %, pero también en este punto las cifras difieren de forma considerable y no reflejan necesariamente la calidad de los servicios ofrecidos.
Las propuestas de la Comisión Europea son la respuesta a una petición de los Estados miembros de mayo de 2009, a raíz de que se adoptara el Marco estratégico para la cooperación en materia de educación y formación, de que se midan y analicen los avances en la UE por lo que se refiere a mejorar el acceso a la educación y los cuidados en la primera infancia y a determinar las mejores
prácticas.
Las propuestas de la Comisión hacen un llamamiento a favor de:
- el acceso universal a una educación preescolar de calidad, basada en una financiación estable y en una buena gobernanza;
- un enfoque integrado a la educación y los cuidados, teniendo en cuenta las necesidades de los niños de manera global;
- unos planes de estudios adecuados a la edad, con un equilibrio entre el aprendizaje de competencias técnicas e interpersonales;
- una mayor incidencia en la profesionalización del personal, que deberá disponer de las cualificaciones y las condiciones salariales y laborales adecuadas;
- unos sistemas y unas normas de garantía de calidad para hacer un seguimiento de los progresos.
Los planes de la Comisión contribuirán a los objetivos de las tres iniciativas emblemáticas de Europa 2020 «Juventud en movimiento», «Agenda de nuevas cualificaciones y empleos» y «Plataforma europea contra la pobreza»
Fuente: Rapid
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